La Obra

Escrita por Albert Camus en 1938 a los 25 años, fue estrenada por primera vez en el Teatro Hébertot de París en 1945. Sin lugar a duda, esta obra es el ejemplo claro sobre su pensamiento filosófico del absurdo existencial. Con Calígula, ejemplifica la enajenación metafísica, el sufrimiento del hombre y la lógica del poder en un despliegue dramático que muestra la complejidad, la ambigüedad y la riqueza de la condición humana.

"Calígula, hasta entonces un emperador relativamente aceptable, advierte a partir de la muerte de Drusila, su hermana y su mujer, que el mundo no es satisfactorio. Desde entonces, obsesionado con lo imposible y envenenado por el desprecio y el horror, trata a través del asesinato y la perversión sistemática de todos los valores, de ejercer la libertad, una libertad que finalmente descubrirá equivocada.


Desafía a la amistad y el amor, la solidaridad del hombre común, lo bueno y lo malo. Compromete a quienes lo rodean y les exige que sean lógicos, nivela todo lo que está a su alrededor por la fuerza de su desprecio y furia destructiva a las que lo conduce su pasión por la vida.


Pero si en verdad su deseo es rebelarse contra el destino, su error reside en negar lo que lo une a la humanidad. Uno no puede destruir todo sin destruirse a sí mismo. Esta es la razón por la que Calígula despuebla el mundo que lo rodea y, fiel a su lógica, hace lo necesario para levantar en su contra a aquéllos que finalmente lo matarán.


Calígula es la historia de un suicidio superior. Esta es la historia del más humano y el más trágico de los errores. Infiel a la humanidad siendo fiel a sí mismo, Calígula acepta la muerte porque comprendió que nadie puede salvarse sólo y que uno no puede ser libre a costa de los otros." CAMUS

26.1.11

Soledad y Libertad: en busca de sentido

Soledad y Libertad: en busca de sentido

Es la conferencia que realizó Gabriel Traverso Rueda, Ingeniero Civil Químico y Psicólogo, en una actividad organizada por el Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Santa María. Un completo análisis al tema de la soledad, su relación con la libertad y el sentido, realizó el ingeniero civil químico, Doctor en Ingeniería Química y Psicólogo, Gabriel Traverso, en una actividad organizada por el Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Durante su visita a la Universidad, Traverso explicó que “soledad, libertad y sentido tienen una encadenación permanente. Libertad y sentido están absolutamente relacionados, y la soledad se produce cuando no logramos darle salida a nuestra propia libertad y se provoca un sin sentido. Uno se va aislando y se siente sólo, más que estar efectivamente solo. Son conceptos actuales, y desde este punto de vista son temas del día que se necesita reflexionar, conversar y abordar”.

Añadió que “la soledad tiene dos manifestaciones. Una, es estar efectivamente solo y la otra, es el sentirse solo, que es el tema al que yo me refiero. Yo puedo estar solo y estar conmigo mismo. Estar solo puede ser un gran espacio de reflexión y de gran enriquecimiento, puede ser el espacio de diálogo con mi ser interior. La soledad – de sentirse solo – es la soledad desgarradora que vive el hombre actual, pues hay un vacío de si mismo. Hay un no dialogar consigo mismo, hay una ausencia de uno mismo y eso es independiente que estemos en un mundo globalizado”.

“Ello, porque muchas veces mientras más comunicación hay hacia afuera, más estímulos externos existen, por ello, menos es el espacio que me doy para estar conmigo, y me puedo sentir desgarradoramente solo, aunque esté en medio de un tumulto de estímulos”, explicó.

“La soledad puede ser productiva y enriquecedora, porque permite el contacto con uno mismo, los valores y las ideas, porque el mundo interior tiene gran riqueza. La soledad sentida, la soledad sufriente, es desesperanzadora, porque moviliza fuerzas negativas. Cuando hay una compulsión a estar con otro, es porque buscamos que ese otro nos llene el vacío que no logro llenar desde adentro. En última instancia, es la falta de sentido, una pérdida del valor interno”.

“Pero se puede salir de ese estado. Hay muchas posibilidades de salir si uno trabaja esto tempranamente y se puede aprender a construir sentido. Cuando uno está muy atrapado en algo, debe pedir asistencia para poder salir de esa situación”.

“Cuando estoy solo, es lo que yo elijo, es decir, hay un uso de la libertad. Cuando la soledad es asumida, es elegida. La soledad que se va haciendo, es una soledad que no es asumida ni elegida concientemente. Y la soledad puede ser constructiva, porque estoy acompañado de mi mismo o destructiva, si es una soledad sufrida, porque estoy aislado y desamparado. El tema de la soledad es un tema transversal en la sociedad, que impregna los diversos ámbitos en los que vivimos. El tema es parte de la juventud e inherente a la vida, y en diferentes etapas aparece la pérdida de sentido, y no siempre sabemos recuperarlo o reencontrarlo. Ahí es cuando aparecen estados y depresiones que provienen de un fuerte vacío existencial, término que ideó Franklin para referirse a la carencia o falta de sentido”.

“Resulta que muchas veces, cuando no logro crear un verdadero sentido existencial, la angustia puede llevarme a escapar de cualquier forma, hasta llegar al suicidio, que se produce por una intolerancia extrema”, finalizó.

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